Fecha: 30/03/2020

El año 2019 fue innovador dentro del escenario de los alimentos. Diversas tendencias han cobrado fuerza y han ayudado a establecer una nueva mirada sobre los alimentos que siempre han estado presentes en nuestras vidas, además de popularizar nuevos sabores y productos que seguramente se convertirán en parte de la rutina de la mayoría de los consumidores.

Los snacks saludables, las formulaciones sin aditivos e ingredientes sintéticos y el crecimiento del veganismo fueron algunas de las tendencias que cobraron fuerza en 2019 y ayudaron a definir lo que se puede esperar del mercado de productos alimenticios en los próximos años.

El año 2020 trae más tendencias que prometen transformar aún más el mercado y sorprender al consumidor.

El enfoque ahora está más en la estrecha relación entre el consumidor y la comida que llega a la mesa. Además, en una década en la que se ha hablado tanto del medio ambiente, el tema de la sostenibilidad estará en el centro de atención.

Otro aspecto destacado es el interés del consumidor por la conveniencia, la practicidad y los nuevos sabores, y en esta tendencia los alimentos que forman parte de la cocina de África Occidental prometen convertirse en la nueva fiebre del momento.

Pero antes de saber lo que nos espera en 2020, recapitulemos lo que hemos visto en el último año.

Lo que estuvo en alza en 2019

Es probable que haya oído hablar mucho de los sabores de la costa del Pacífico (Asia, Oceanía y la costa oeste de las Américas). Ingredientes como la longganisa, una salchicha de cerdo de Filipinas, camarones secos y pasta de camarones han pasado a formar parte de los platos que integran el menú de diversos restaurantes.

Además, las frutas tropicales como la guayaba, el maracuyá y la pitaya se han convertido en una parte esencial de los batidos e incluso de las bebidas alcohólicas.

El mercado de los snacks también ha sufrido una gran modificación este año. Una vez vista como comida chatarra, esta categoría de productos ha experimentado cambios significativos. La búsqueda de la salubridad y el bienestar ha fomentado la elaboración de snacks, con propuestas de ingredientes inusuales para hacerlos más saludables, como la incorporación de la quinoa en las barras de chocolate y la coliflor en las formulaciones de pretzels y tortilla chip.

El veganismo también ha crecido como movimiento este año, siendo adoptado por diversos nuevos adeptos. La revista norteamericana The Economist incluso llamó al 2019 el año del veganismo.

Una de las principales novedades en esta área fue el crecimiento de las hamburguesas plant-based. Podemos mencionar la hamburguesa de la empresa Beyond Meat, que tiene remolacha, aceite de coco y manteca de cacao como ingredientes base que simulan la suculencia y el sabor de las hamburguesas convencionales. También observamos una mayor oferta de productos basados en proteínas vegetales como la soja, los frijoles y los garbanzos.

La proteína animal también estuvo en alza en 2019, pero de una manera diferente. La nueva visión de la industria enfocada en la sostenibilidad condujo al crecimiento de nuevas soluciones creadas para aprovechar al máximo las materias primas de origen animal, desde los cortes más nobles hasta los coproductos generados durante los procesos de industrialización.

Dentro de esta nueva visión, las industrias invirtieron aún más en la investigación para transformar los coproductos del procesamiento de aves de corral y cerdos en nuevos productos de interés para la industria alimentaria. Los coproductos han contribuido a reinsertar valiosos insumos en la cadena de producción, lo que ha dado lugar a una producción más sostenible con menos impacto en el medio ambiente.

La tendencia clean label también se ha fortalecido aún más durante este año. Los productos libres de estabilizantes, conservantes y antioxidantes sintéticos han llamado la atención y esta demanda ha alentado a la industria alimentaria a simplificar cada vez más sus formulaciones y a optar por ingredientes naturales.

Para 2020, la trazabilidad será una de las palabras clave

La trazabilidad en la industria alimentaria puede definirse como la capacidad de seguir la historia de un alimento desde su materia prima, siguiendo las etapas de producción, hasta que llega al consumidor final.

Al final, se desea que todos los implicados en la producción, el transporte y la comercialización tengan acceso a esta información, además, por supuesto, del consumidor.

La posibilidad de rastrear el origen y el camino que ha seguido el alimento hasta llegar a su mesa hace que el consumidor se sienta más seguro de la calidad del alimento que está consumiendo y crea un mayor grado de fiabilidad con el producto y la marca. Por lo tanto, puede decirse que la trazabilidad es una de las formas de fortalecer los lazos entre el consumidor y la empresa.

De esta manera, la trazabilidad puede verse como una forma de agregar valor a los productos.

Además, la capacidad de rastrear un alimento es ventajosa para la propia empresa, que ahora tiene una mayor capacidad para identificar los puntos críticos que deben resolverse para lograr una mayor eficiencia y asertividad en la resolución de problemas.

El rastreo también es importante para verificar los aspectos de seguridad alimentaria. Esto permite, por ejemplo, hacer un recall de productos que están fuera de especificación o que presentan un riesgo para la salud de los consumidores, limitando el impacto económico y el daño a la reputación de la marca.

La sostenibilidad seguirá dictando la producción de alimentos

La mayor conciencia ambiental es ya una realidad entre los consumidores, especialmente entre los más jóvenes. Según una encuesta de CGS, realizada en 2019 en los E.U.A., más del 50% de los consumidores de la generación Z están dispuestos a pagar más por un producto eco-friendly, frente al 47,7% del resto de la población.

Como no podía ser de otra manera, los productos consumidos por este público deben estar alineados con sus valores. También según la encuesta anterior, mientras que la población en general se centra más en aspectos como el precio y la disponibilidad, la generación Z, en cambio, demanda productos fabricados éticamente.

Así pues, producir de manera sostenibl e significa utilizar los recursos naturales de manera inteligente y eficiente, reduciendo al máximo los daños causados al medio ambiente.

Esto refuerza la importancia de utilizar los coproductos del procesamiento de alimentos para la formulación de nuevos productos. Los coproductos pueden presentar una enorme gama de compuestos interesantes, como antioxidantes naturales o ingredientes de considerable valor nutricional, especialmente en relación con el contenido proteico, y pueden aportar un sabor más natural cuando se trata de aumentar las formulaciones de alimentos.

Otras formas de producción eco-friendly incluyen la optimización de la funcionalidad de los envases -preferentemente utilizando materiales que puedan ser reciclados o que sean biodegradables- y la conservación y reutilización del agua y la energía de manera eficiente durante el procesamiento de los alimentos, evitando el desperdicio de recursos naturales.

De la misma manera que el desarrollo sostenible continuará siendo una tendencia fuerte en 2020, nuevos sabores también estarán presentes en la mesa de los consumidores.

Los sabores del África occidental 

Al igual que la fiebre de la cocina japonesa se extendió por todo el mundo entre los años 70 y 80, nuevos sabores y condimentos están por llegar. Esto refuerza la tendencia hacia la sensorialidad y el placer.

Los ingredientes utilizados en la cocina de los países de África occidental, como Ghana, Nigeria y Senegal, están ganando cada vez más espacio en las cocinas de varios países.

Esta tendencia ha comenzado a ser incorporada por food services menos formales, como los food trucks y los restaurantes más pequeños. Han comenzado a utilizar ingredientes exóticos que han sido ampliamente aceptados como nueces de cola, moringa, ñame, jengibre, okra, maní y sorgo, típicos de la cocina africana.

La popularización de esta tendencia se debe también al hecho de que, muchas veces, los platos no contienen gluten y presentan un alto contenido de proteína vegetal.

En algunas proyecciones se afirma incluso que la cocina de África Occidental puede llegar a ser aún más popular que la cocina india ya establecida internacionalmente porque encaja perfectamente en las tendencias alimentarias actuales.

Conclusión

Aparentemente, 2020 traerá consigo más tendencias relacionadas con el cambio en el comportamiento del consumidor, que se ha observado desde hace algunos años.

La sostenibilidad y la trazabilidad deberían ir en aumento durante todo el año, y la preocupación por el medio ambiente y el origen de los alimentos dictaría la forma de producir productos nuevos y ya conocidos.

Además, la cocina internacional volverá a influir en los sabores locales con la popularización de los platos e ingredientes típicos de África Occidental.