Fecha: 22/04/2019

Cualquier formulador de I&D sabe que el desarrollo de productos alimenticios no es una tarea sencilla. El desafío es doble cuando el público objetivo son niños y recién nacidos.

Por el hecho de poseer un organismo en formación y ser más susceptibles a alergias y contaminaciones, las formulaciones infantiles pasan por un riguroso control de calidad tanto por parte de las empresas como por parte de los órganos reguladores.

Además, ciertos nutrientes deben ser reforzados en formulaciones para niños, ya que tienen necesidades especiales y necesitan fortalecer sus metabolismos para que se propicie un desarrollo saludable.

El aumento de la obesidad infantil y el número de niños con algún tipo de alergia alimentaria hace que los padres y cuidadores estén cada vez más preocupados. De esa manera, tienen en cuenta estos factores para la elección de los alimentos que componen las comidas de sus niños.

La preocupación con la introducción de los alimentos frescos y nutritivos en comparación a los aperitivos ricos en grasas saturadas y azúcar están dictando el mercado moderno de la alimentación infantil y abriendo nuevas posibilidades que están atrayendo la atención de los sectores de I & D en todo el mundo.

En este post conoceremos las tendencias del mercado, así como nuevas soluciones para el desarrollo de alimentos orientados al público infantil, como también los cuidados especiales a tomar en el desarrollo de este tipo de producto.

Nutrientes que deben ser reforzados en formulaciones infantiles

La presencia de macronutrientes y algunos micronutrientes en los alimentos infantiles es fundamental para el desarrollo cerebral y metabólico de los niños.

Macronutrientes


Los macronutrientes son sustancias necesarias en gran cantidad para el funcionamiento normal del organismo humano. Incluyen carbohidratos, grasas y proteínasLos carbohidratos funcionan como fuente primaria de energía por su facilidad de rotura y metabolización por el cuerpo.

Los panes, los cereales, el arroz y las papas son fuentes de carbohidratos. Para los niños, el consumo de almidones y fibras es preferible en detrimento del azúcar, para evitar problemas como la obesidad y la diabetes.

Las grasas son responsables por el cargamento de vitaminas liposolubles, forman parte de las membranas celulares y poseen ácidos grasos esenciales. Aquellos que no son producidos por nuestro cuerpo necesitan ser consumidos moderadamente y preferentemente oriundos de fuentes saludables a través de la dieta.

Sin embargo, por ser una fuente secundaria de energía, las grasas se almacenan en el tejido adiposo en el caso de consumo en exceso, lo que lleva a la ganancia de peso e incluso al desarrollo de problemas cardiovasculares y obesidad.

Con la obesidad infantil aumentando, es preferible utilizar aceites, ricos en ácidos grasos insaturados, y grasas producidas por interesterificación. En este proceso, las grasas están estructuradas de manera a presentar bajo contenido de ácidos grasos saturados y 0% de ácidos grasos trans. La interesterificación garantiza palatabilidad, textura y funcionalidad a las grasas.

Los pescados y aceites vegetales, como la soja, el maíz y la canola, son fuentes ricas en ácidos grasos esenciales para el desarrollo cerebral de los niños, como el ácido linoleico, EPA y DHA.

Las proteínas también son esenciales para diversas funciones vitales. Estas presentan en su composición aminoácidos esenciales, forman parte de la estructura de las células, desempeñan funciones metabólicas y transportan oxígeno. Carne bovina y porcina, aves, pescados y lácteos son excelentes fuentes de proteína.

Las fibras, carbohidratos de cadena larga no digeribles por el organismo, desempeñan la importante función de regular el intestino. Además, están relacionadas a los efectos benéficos tales como la reducción del riesgo de desarrollo de enfermedades cardiovasculares y el cáncer.

Micronutrientes

A diferencia de los macronutrientes, el organismo requiere de una cantidad reducida de micronutrientes. Estos, sin embargo, también desempeñan funciones fundamentales. Los minerales y las vitaminas se encuentran en este grupo.

El calcio, presente en diversos productos lácteos, ayuda en el fortalecimiento de huesos y dientes. El hierro, mayoritariamente presente en las carnes, garantiza un eficiente transporte de oxígeno por la sangre. El ácido fólico, vitamina del complejo B, presente en cereales, espinacas y lentejas, auxilia en el desarrollo celular en niños y su falta puede causar anemia.

Sin embargo, la proporción de macro y micronutrientes necesita acompañar el metabolismo del grupo de edad a lo cual se destina el producto. Los bebés menores de 6 meses deben consumir únicamente leche o fórmulas infantiles que sustituyen a la leche materna. Después de este período, la transición a otros grupos de alimentos debe realizarse de manera gradual.

Los niños menores a 13 años tienen dificultad para digerir granos integrales. Por lo tanto, las formulaciones deben presentar niveles limitados de este tipo de granos.

Alergias alimentarias en niños

La Asociación Brasileña de Alergia e Inmunología advierte que el 30% de la población mundial posee algún tipo de alergia, y el 20% de ellos son niños.

Sin embargo, el Center for Disease Control and Prevention de los Estados Unidos afirma que entre 1997-1999 y 2009-2011, la alergia alimentaria en los niños ha crecido un 50% y el número de niños alérgicos a las nueces y al maní se triplicó entre 1997 y 2008.

El aumento preocupante de la alergia alimentaria en los niños puede tener una explicación simple. Una de las hipótesis estudiadas es que este aumento se dio en razón de una mayor higienización y menor exposición a los microbios a lo largo de los años. Esto hace que ocurra una reorientación de la respuesta inmune a factores que antes no provocaría tal reacción.

Las alergias alimentarias pueden llevar a reacciones anafilácticas que pueden causan la muerte si no se interrumpen inmediatamente. En este contexto, los niños son los más susceptibles por no tener un sistema inmune completamente desarrollado.

Así, la información en los envases alertando sobre la presencia de ingredientes alérgenos es de extrema importancia. Para ello, es necesario conocer a fondo la lista de los ingredientes que forman parte de la composición de un producto y comunicar si alguno de ellos es alergénico de forma clara en las etiquetas.

Los riesgos que pueden estar contener el baby food

En 2017, el proyecto clean label hizo un análisis de 533 productos de las más distintas categorías de baby food disponibles en el mercado y se encontró estadísticas alarmantes.

Los baby foods que presentaban el certificado orgánico contenían dos veces más arsénico en comparación con las fórmulas tradicionales. Además, el 60% de los productos dichos libre de Bisfenol A, un compuesto cancerígeno, se comprobaron positivo para el mismo.

Los baby foods que han obtenido los peores resultados en las pruebas presentaron un 70% más acrilamida, otro compuesto cancerígeno que también causa daño cerebral y al sistema reproductivo.

La explicación presentada por el proyecto para la detección de la presencia de dicho compuesto fue la preocupación de las agencias reguladoras más orientada a los peligros microbiológicos en los baby foods, poniendo poca atención a los contaminantes industriales o ambientales, como citado aquí.

Estos contaminantes están presentes en el suelo, debido a la exposición a plaguicidas y pueden ser absorbidos por las plantas. Algunos de ellos, como la acrilamida, pueden ser resultantes del proceso de producción.

Para garantizar productos infantiles libres de este tipo de contaminante, hacer una buena selección de los proveedores de insumos e ingredientes es fundamental para la obtención de productos 100% clean label y que sean seguros a la salud de sus pequeños consumidores.

Las tendencias para el mercado de alimentos infantiles


En 2017, las ventas de alimentos orgánicos alcanzaron cerca de $ 50 billones, en el que una gran parte correspondió a los baby foods.

La búsqueda de productos libres de pesticidas, GMOs y que son percibidos como más nutritivos por algunos padres y cuidadores es una de las principales tendencias para el mercado de alimentos infantiles.

Otra tendencia es el surgimiento de envases innovadores para este tipo de producto, como las bolsas pouch, que han ganado las estanterías debido a la practicidad de uso y por poseer una mayor barrera la cual mantiene los alimentos frescos por más tiempo.

También hay una mayor diversidad en el portafolio de productos destinados a los niños, como los superfood baby probiotics, una categoría que tiene como objetivo fortalecer el sistema inmunológico y está libre de leche, gluten y azúcar.

Innovaciones en proceso de producción de baby foods están en auge, como el uso de tratamiento a alta presión con el fin de evitar el uso de altas temperaturas.De esta manera, se puede preservar más nutrientes y características sensoriales.

La elección del tipo de aceite o grasa que componen los snacks de los niños también ha sido realizada con más cuidados.En este caso, la interesterificación del aceite de soja es una alternativa a la estructuración de los productos sin la necesidad de grasas trans.

Conclusión

Las tendencias muestran que el futuro de los productos para niños está relacionada al desarrollo formulaciones orgánicas, frescas, clean label y sin adición de azúcares y grasas trans.

La formulación de productos para bebés y niños requiere de numerosos cuidados para garantizar la presencia de nutrientes necesarios para el desarrollo saludable de su público objetivo.

Además, es importante garantizar el uso de ingredientes libres de contaminantes ambientales e industriales. Para ello, obtener insumos seguros y de calidad es esencial.