Fecha: 13/01/2020

No es posible obtener un producto de calidad sin materia prima y insumos de calidad. Esta es una antigua verdad vieja dentro de la industria alimentaria.

En un mercado cada vez más competitivo con consumidores que cambian constantemente sus hábitos alimenticios, elegir cuidadosamente cada detalle de la producción marca la diferencia en términos estratégicos.

Esto también es cierto para la cadena de productos de origen animal, especialmente en la elección de insumos e ingredientes para la nutrición animal, un factor esencial en esta cadena de producción.

Por eso es esencial saber cómo elegir proveedores de materias primas, insumos e ingredientes. Pero, entre tantas posibilidades, ¿cómo sabe cómo elegir el proveedor adecuado?

Un nuevo consumidor. Un nuevo mercado. Un nuevo estándar de calidad

Muchos consumidores modernos, ya sea por razones de salud o ideológicas, han disminuido o eliminado por completo el consumo de productos animales de sus dietas.

Este tipo de consumidor incluso comprende esta filosofía más allá de la comida cuando elige una ropa que no contiene cuero o piel animal en su composición y cosméticos que no han sido probados en animales. Este cambio afecta no solo las características técnicas de un producto, ya sea alimenticio, cosmético o cualquier otro segmento.

Afecta también la preocupación de las empresas con su reputación y la comunicación más transparente acerca de los tipos de prácticas que se realizan para obtener sus productos.

Las etiquetas de bienestar animal que contienen información como “libre de crueldad”, “no probado en animales”, “de libre pastoreo”, entre otras, influyen en las decisiones de compra de los llamados consumidores conscientes. Estos consumidores incluso son conscientes del tipo de formulación que tienen los piensos de sus mascotas.

Por lo tanto, aquellos que trabajan en este segmento ahora deben preocuparse por el origen de cada ingrediente y el insumo que formará parte del producto final.

Las características tecnológicas y nutricionales siguen siendo extremadamente importantes para definir si un producto tiene calidad o no. Sin embargo, d entro de este nuevo escenario de consumo, otros artículos comenzaron a definir la calidad de los productos animales, tales como:

  • Seguridad alimentaria: ausencia de contaminantes físicos, químicos y biológicos;
  • Seguridad sanitaria: evitar o reducir el riesgo de propagación de enfermedades;
  • Bienestar animal en la producción de carne;
  • Sostenibilidad: búsqueda de procesos de producción ecológicos;
  • Garantizar la calidad de vida de los trabajadores rurales.

Preocupación por la seguridad sanitaria

Con respecto al tema de la seguridad sanitaria, un ejemplo muy actual ilustra cómo este escenario puede afectar incluso a sectores económicos importantes de un país.

La peste porcina africana es una enfermedad que está diezmando los rebaños porcinos en China. Un tercio de los cerdos de China puede desaparecer en 2019 debido a esta enfermedad, que representa aproximadamente 200 millones de animales.

El virus que causa esta fiebre es inocuo para los seres humanos, pero es mortal para los cerdos y aún no tiene ninguna manera de combatir. Ya se ha extendido a otros países asiáticos, como Vietnam y Camboya.

Un problema importante para la contingencia de este virus en los rebaños porcinos de China es la fragmentación de este tipo de agronegocios en el país asiático.

La falta de trazabilidad de estos cientos de pequeños agricultores conforma este escenario y no es posible saber de hecho si tienen el conocimiento y si aplican tecnologías para tomar las medidas de bioseguridad necesarias.

Además, el virus puede sobrevivir en productos derivados del cerdo durante meses, por lo que puede reintroducirse por accidente.

Ante esto, el sector agroindustrial chino se ve afectado, incapaz de satisfacer la demanda de carne de cerdo que tiene el país, y la imposibilidad de exportar debido al riesgo de contaminar los rebaños de otros países.

Este hecho expone la necesidad de un control estricto sobre la salud de los rebaños. Este control es clave para tener una cadena de producción funcional y rentable. Cuando esto no sucede, los desastres pueden tomar proporciones lamentables, como nos enseña el caso del rebaño de cerdos de China.

Énfasis en el control de calidad

Es redundante decir que el control de calidad es una de las funciones más importantes en cualquier tipo de negocio. Al seleccionar un proveedor, se debe buscar empresas que tengan un estricto control de calidad y operen para minimizar las posibilidades de fallos.  Este es el primer paso para construir una relación de confianza entre el proveedor y la empresa contratante.

El control de calidad debe tener un buen profesional, con la formación adecuada, para liderar este sector. Este profesional será responsable de desarrollar el plan de control de calidad, implementarlo y monitorear su ejecución.

Todos los protocolos implementados deben redactarse de manera fácil y asequible, sin lugar a dudas y que todos puedan entender.

Además, todos los procesos deben tener registros completos para que los fallos puedan rastrearse fácilmente y la causa de los problemas se pueda encontrar y combatir de manera efectiva.

Estandarización, certificación y trazabilidad: herramientas para garantizar la calidad

Cuando hablamos de estandarización, nos referimos a procedimientos y estándares preestablecidos para procesos de producción, control de materia prima e insumos, gestión previa al abasto, entre otros factores que van desde la selección de materia prima hasta el producto final.

La estandarización es clave para garantizar el flujo de información, trazabilidad y comunicación efectiva entre todos los eslabones en una cadena de producción.

Al pensar específicamente en productos, la estandarización se utiliza como una herramienta para garantizar parte de la inocuidad y del valor nutricional del alimento.

Para lograr lo que se ha establecido en los estándares y normas, se pueden utilizar herramientas de calidad como buenas prácticas de producción y fabricación, análisis de peligros y puntos críticos de control (HACCP) e ISO (Organización Internacional de Normalización).

La ISO 22000 establecida en 2005, por ejemplo, establece un método complejo de gestión de prácticas de seguridad alimentaria, que abarca desde materias primas, ingredientes e insumos hasta la comercialización de productos finales.

Pero, ¿cómo saber si un proveedor sigue las estandarizaciones necesarias?

Para esto, existen las certificaciones, que son la garantía de que el producto que se vende tiene la calidad declarada en la etiqueta.

Esta certificación debe ser realizada por un tercero, que puede ser gubernamental o privado, y beneficia tanto a la empresa proveedora, que tiene un instrumento para garantizar la calidad de lo que ofrece, como a la empresa que compra el producto.

Algunos ejemplos de agencias de certificación que podemos mencionar:

Otro concepto clave para calificar a un proveedor es la trazabilidad. A través de este mecanismo, es posible identificar el origen de un producto, desde el campo hasta los últimos procesos dentro de la fábrica. Este sistema ayuda a monitorear todos los pasos y todos los insumos de una cadena de producción.

De ese modo, los posibles problemas que pueden ocurrir a lo largo de la cadena de producción se pueden solucionar más rápidamente, ya que la trazabilidad permite tener un historial completo del producto, desde la materia prima y sus componentes hasta su distribución.  Es decir, la trazabilidad es una excelente manera de garantizar la calidad y la transparencia de los insumos.

Checklist para selección de proveedores

Dada toda la información presentada, podemos decir que para hacer una buena elección de proveedor, es importante tener en cuenta si sigue los siguientes puntos:

  • La materia prima utilizada sigue los estándares internacionales de calidad;
  • La cadena de producción está integrada, con todos los eslabones siguiendo los criterios técnicos necesarios;
  • Se siguen los estándares de bienestar animal, con animales criados y tratados sin estrés hasta el final de la cadena de producción;
  • Se siguen los estándares de salud del rebaño;
  • La empresa está certificada para herramientas de control de calidad;
  • La empresa tiene una relación de asociación y respeto con los trabajadores rurales;
  • La compañía trabaja para minimizar o eliminar el daño ambiental que puede causar durante sus procesos de producción;
  • Los insumos que se comprarán fueron sometidos a los análisis fisicoquímicos (proteínas, grasas, humedad, cenizas), biológicos (Salmonella) y sensoriales (color, olor, tamaño de partículas, presencia de objetos extraños).

Conclusión

La calificación del proveedor no es un proceso simple. Hay muchos factores que deben evaluarse, considerando la necesidad de una visión sistémica, que considere desde los factores técnicos involucrados hasta la preocupación por los valores y principios relacionados con la imagen de la empresa.