Fecha: 16/12/2019

El éxito de la porcicultura está íntimamente relacionado con la eficiencia de la ganancia de peso de los animales.

Para que esto ocurra de manera que se produzca un desarrollo saludable de los cerdos, es esencial que la dieta de los mismos sea balanceada, para abarcar todos los nutrientes que tendrán una función específica en el organismo de los animales.

Uno de los nutrientes más importantes es la grasa. Esta puede provenir de diversas fuentes, como grasa, sebo, aceites vegetales (canola, maíz, soja) y mezclas de aceites vegetales con grasas animales.

La elección del tipo de fuente de lípidos debe tener en cuenta, además del precio, la digestibilidad de la grasa, siendo esta influenciada por su perfil de ácidos grasos.

En este blog post, discutiremos cómo la adición de lípidos a las raciones puede beneficiar a la nutrición porcina. Además, conoceremos más a fondo el aceite de aves, una fuente alternativa de lípidos más económica y tan nutritiva como las fuentes convencionales.

La importancia de la grasa para la porcicultura

La suplementación de las raciones con alguna fuente lipídica aporta innumerables beneficios a la dieta de los cerdos.

Hay una mejora en la palatabilidad de las raciones, debido a las características organolépticas de las grasas, además de aumentar la densidad de la formulación y la sensación de saciedad. Además, los ácidos grasos participan en la formación de hormonas, controlan la fluidez y la selectividad de las membranas celulares y proporcionan un alto valor energético (2,25 veces más que los carbohidratos).

En general, cuando la dieta de los cerdos posee una fuente consistente de lípidos, la ingestión de ración disminuye, mientras que la ganancia de peso aumenta ligeramente, mejorando la eficiencia de la ración.

Este aumento de eficiencia es más prominente durante los meses de verano, cuando la adición de un 1% de grasa aumenta el peso de los cerdos un 1%. Este efecto puede ser explicado debido al crecimiento del consumo de energía durante los períodos más cálidos, aumentando la ganancia de masa magra de los animales.

El perfil de ácidos grasos de un aceite o grasa también hace toda la diferencia, ya que la digestibilidad y la tasa de absorción de los ácidos grasos insaturados es mayor que la de los ácidos grasos saturados.

Esto significa que el organismo de los cerdos tendrá un mayor aprovechamiento de los ácidos grasos insaturados, utilizándolos de forma más eficiente para realizar las funciones vitales que le son asignadas.

Los ácidos grasos insaturados son encontrados más fácilmente en fuentes vegetales, como en los aceites de soja, canola, oliva y maíz, mientras que los saturados están más presentes en las fuentes animales. Sin embargo, hay algunas excepciones.

Aceite de aves: procedente de una fuente animal, pero mayoritariamente insaturado

Con los precios del maíz, el salvado de soja y las fuentes convencionales de lípidos en constante oscilación, se hace necesaria la búsqueda de fuentes alternativas de aceites y grasas. Una alternativa prometedora es el aceite de aves , extraído de subproductos de aves de corral sacrificadas, tales como vísceras, menudillos y restos de carne.

La materia prima es llevada al proceso de cocción, siendo luego extraído el aceite por prensado. El rendimiento de aceite varía entre el 1,3% y el 1,6% del peso del ave. Esta franja dependerá de factores como el sexo de las aves, la edad y el peso en el momento del sacrificio.

Un rendimiento mayor de aceite se obtiene a partir de aves más viejas y más pesadas. Además, las aves de sexo femenino son más ricas en aceite que las de sexo masculino.

Además de ser económicamente más interesante, el aceite de aves es una alternativa sostenible, ya que se obtiene por medio del reaprovechamiento de subproductos del sacrificio, evitando el desperdicio y valorando los nutrientes allí presentes.

A pesar de proceder de una fuente animal, el aceite de aves se compone principalmente de ácidos grasos insaturados que contienen solo un 27,5% de saturados.

El perfil de ácidos grasos del aceite de aves trabajando en favor de la nutrición animal

El principal ácido graso de este aceite (33%) es el ácido oleico, un monoinsaturado que es también el mayoritario en el aceite de oliva.

El hecho de que el ácido oleico sólo tenga una doble unión en su estructura, también hace que el aceite de aves, en general, sea menos susceptible a la oxidación que los aceites ricos en poliinsaturados, como el de soja y el de canola. Esto indica que las raciones que contienen aceite de aves tienen una mayor estabilidad oxidativa y, por lo tanto, una mayor shelf-life.

Además, el aceite de las aves posee cantidades significativas de los ácidos grasos esenciales linoleico (omega-6, 22%) y linolénico (omega-3, 1,9%), precursores de hormonas que regulan la respuesta inflamatoria, la agregación plaquetaria y la presión arterial.

También es siempre importante resaltar que es más adecuado utilizar ingredientes que contengan aceite de aves de procedencia confiable, que hayan pasado por un rígido control de cantidad.

La materia prima para la extracción del aceite debe ser fresca, y no es aconsejable que el porcicultor adquiera un aceite sin procedencia y lo mezcle en la ración. Esto puede causar una contaminación con consecuencias muy perjudiciales para los animales.

Conclusión

El uso del aceite de aves en la porcicultura es todavía relativamente reciente, pero extremadamente prometedor.

Más económico y sostenible que las fuentes lipídicas tradicionales, el aceite de aves presenta un buen rendimiento debido a su perfil de ácidos grasos, rico en monoinsaturados, lo que beneficia tanto el desarrollo de los animales, como la durabilidad de las raciones que lo utilizan como ingrediente.